26Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí. retrocedan y sean humillados A veces pedimos algo que no merecemos o que no nos conviene espiritualmente. A veces el mero hecho de que no obtengamos una respuesta quiere proponer que la respuesta es «no»